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15 porque el sacrificio santo traído por el pueblo de Israel no debe ser contaminado por personas que lo coman sin estar autorizadas para ello, porque estos sacrificios han sido consagrados al Señor. 16 Cualquiera que viole esta ley es culpable y está en peligro, porque ha comido de las ofrendas sagradas. Yo soy el Señor, quien santifica las ofrendas».

Sacrificios inaceptables

17-18 El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a Aarón y a sus hijos, y a todos los israelitas en general: «Si un israelita o un extranjero que viva en medio de ustedes ofrece un holocausto al Señor, sea para cumplir una promesa o sea una ofrenda voluntaria espontánea,

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